Desde el primer momento, de la llegada al zoológico, los sentidos comienzan su trabajo para generar una experiencia inolvidable, el olfato, la vista, el tacto, el oído y por ultimo el gusto. Todos estos se fusionan para generar una percepción hacia este “dentro fuera” de ciudad.
Después de determinado tiempo en el zoológico, cada especie y hábitat, vincula al sujeto a otro tipo de lugar ajeno a guayabal. Cada animal, cada planta, habla por si solo de su zona nativa, trae con ellos su forma de alimentarse, su hábitat natural, su forma de comportamiento, entre muchos factores que informan sobre su lugar natal. Las especies traen consigo mismo información, por medio de experiencias, y sensaciones vividas, buscan un aprendizaje del sujeto por medio de la memorización de momentos en los cuales se encuentran comprometidos todos los sentidos. En este lugar la información es fácil de asimilar porque no se entiende como teoría sino como practica. (por esto la mayoría de visitantes son niños).
Las sensaciones en el zoológico pueden ser muchas , las tenemos, y de muchos estilos, se puede mirar desde una experiencia “dolorosa, tosca, triste” por el encierro, hasta una sentimiento de “felicidad, agrado, y comodidad”, por todo lo que se puede aprender en un solo recorrido por este lugar. El zoológico nos remite no solo al lugar de nacimiento de las especies sino también a nuestra niñez, cualquier adulto en el zoológico santa fe puede volver a ser niño.
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