Hace mucho tiempo, ninguna de las tres pisaba el zoológico.
Con gran sorpresa nos encontramos este sitio, que cada una con imaginarios muy distintos logró bajarlos a la realidad. Es un sitio, en donde se puede evocar a la niñez y a todos esos recorridos que uno hizo en su colegio, jardín o guardería, cuando lo mejor era ver a los animales de cerca.
Es de gran sorpresa, ver como uno no pierde ese gusto y espera con ansias poder ver a los animales.
Aunque con el paso de los años, el zoológico y sus habitantes han cambiado, este es un lugar de gran importancia para la ciudad, pues aparte de ser un sitio o un punto de referencia, es un pulmón natural, un lugar histórico y un punto de encuentro para todos los habitantes de Medellín.
Se puede ver que el zoológico a cambiado mucho, que hay varios animales que se ven un poco cansados y que podrían estar en mejor estado.
A pesar de todo, cuando vemos a los animalitos, volvemos a ser niños.